martes, 23 de noviembre de 2010

Pollada

Ay! papel, papel,... te tengo abandonao por completo. ¿que si me acuerdo de ti? Claro... muchas veces, pero lo siento, ya no es todos los dias. Claro que alguna vez fue todos los dias, ahora ya no; pero no es tu culpa, tampoco la mia aunque quizás si...

¿Que antes eras el cuadrado que daba al triángulo? ¿Y qué? El viento sopla. El humo se desaparece en él, y el calor se prende y aviva, pero cuando pasa el tiempo se acaba consumiendo y son las cenizas las que se van volando dejando disperso el humo.

Recuerdo, y recuerda, recuerda o su memoria morirá, dice una canción; y no es malo, no, no lo es si es recuerdo, no lo es si deja de doler, es entonces cuando es recuerdo, mientras tanto solo era el fondo oscuro de un pozo, una caberna, una isla desierta y baldía.

Puedo pensar en millones de asuntos, relacionandolos todos y examinando cada uno de sus detalles, momentos, circunstancias que me envolvieron y de las que no supe desenredarme para ganar los juegos que se presentan, superar las espectativas propias y dar alcance, justicia tal vez pero al menos sí demostración de que la calle es la casa del sexo.

A mi esque las naranjas me gustan exprimías,
abri las ventanas de la casa y respirá
por la mañana el aire fresco de la madrugá,
la mirá de la luna, y esas noches sentías.

Sentir fluir correr sin huir saltar mordiendo
ser percibir coser insistir hablar tenías
servir vivir tener compartir tablar confías
perpetuar ver utilizar enamorar siendo

sombra bailona de un bitter sueño que mentira
era porque estaba sin estar tela tejiendo;
el gato salió del agua y ahora nos mira.

Que sopla fuerte el viento, y lo cojo viviendo
que tu fuego ya no respira, muerte, expira,
que hay muchas naranjas y me voy exprimiendo viendo.