Se fue su hermana Alegría por entre los huecos de la casa. Se coló por entre las ventanas, se fugó por la chimenea y salió en desvandada por la puerta abierta.
Ahora vaga sóla sonriente y fugaz por el mundo, sin un atisbo de desilusión, sin un soplo de amargura, con el puño lleno y sin mirar atrás; a ella se la ve volando, paseando y hablando, se la ve en miradas, en el cielo eterno, pero aquí ya no está.
Dejó la cama vacía sin hacer, hizo las maletas y llenó de recuerdos sus pulmones, no dejó nada, se lo llevó todo dejándolo todo hueco para que nadie pudiera vivir allí.