Salió a fumar a la calle y desde lo alto de la escalera vio dos sombras a lo lejos que se ocultaban tras una pared. Se quedaron un momento allí. Luego se ocultaron de su vista para perderse por donde habían venido.
Y allí se quedó, de pié fumándose los pensamientos, deseando, añorando pasear con alguien bajo la lluvia, susurrando las palabras, lejos de miradas indiscretas, de oídos puntiagudos y en silencio besar justo cuando comience a llover.
Pasados unos minutos comenzó a llorar estas palabras.
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