jueves, 25 de abril de 2013

¿Porqué tanta tristeza?

Veo como mi mundo desmoronado intenta abrirse paso entre pisotones
funciono como una moto sin sus pistones
como un coche que le falta batería
y no encuentro en ninguna parte pastelería
que me de bombones.

Veo en el espejo la juventud marchita ya,
el reflejo tan sólo de un tiempo dorado que brillaba a escondidas
sin tener por sabida la lección que la vida le está dando.

Veo con asco las rayadas que tan enormes, ahora parecen minucias
y la pérdida del tiempo intangible.
Aborrezco mi vida al extremo del suicidio
tanto la cobardía de no luchar
como la cobardía de no acabar.

¿ Es que incluso para quererse hay que sufrir?
Pues sí, seguramente.

Los palos vienen juntos y no se venden por separado
pues cuando mejor te encuentras, espera lo más grande, el gran batacazo.


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