Se desesperó cuando le perseguía l Las risas. Aquellas miradas de ojos ensartados en punzantes lágrimas de humilde desprecio, le perseguían por las paredes retozantes de sus puntillas escarpadas en sondeos comparables llenos de tristeza y frustración.
La realidad se le antojó traspuesta con respecto a las descongeladas externalizaciones, y los zumbidos eléctricos se anticipaban a la imagen gris que marcaba cada oscuridad absoluta con la certidumbre de su repetición y la ahogada
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